En lo que concierne a las plataformas de streaming, uno de los acontecimientos más sintomáticos de la condición de la industria fue el declive de Netflix en la primera mitad de 2022. Si bien el (aún) “gigante del streaming” ha logrado corregir el camino, el panorama general del mercado y sus jugadores nos deja ver qué esperar del streaming en 2023, un año que presentará muchos cambios en las plataformas de consumo de video.
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Para los espectadores más casuales, los últimos meses podrían haber parecido lo de siempre: Netflix y grandes compañías tecnológicas y de medios como Amazon, Apple, Disney y Warner Bros. Discovery luchando por su pedazo del pastel.
Sin embargo, malos resultados financieros y bajas inversiones publicitarias obligarán a los competidores a replantear sus estrategias de negocio en el corto y mediano plazo, con decisiones cuyos impactos comenzarán a sentirse desde ya.
Esto es lo que podemos esperar del streaming en 2023
Más publicidad
Quizá la primera respuesta es más obvia, porque ya la estamos viviendo ahora: el servicio de streaming más popular de todos ya ha implementado anuncios en su contenido, al menos en los territorios más cruciales en los que tiene presencia (Estados Unidos y México incluidos).
El de Netflix no será un caso aislado. En el país del norte, servicios como Paramount+, Hulu y HBO Max ya ofrecen modalidades de suscripción más baratas y con anuncios desde hace meses, y Disney+ ha confirmado que hará lo propio a nivel mundial en 2023. Para ese año, se espera la fusión entre HBO Max y Discovery+, y el servicio resultante también contará con un plan más barato financiado por publicidad.
En otras palabras, parece que los anuncios llegarán para quedarse. Y si bien nadie está obligado a contratar los planes más baratos que los incluyen, hacerlo podría no ser tan mala idea, considerando el próximo punto.
Alza de precios
¿Recuerdan cuando Netflix costaba 99 pesitos mexicanos e incluía un mes gratis? Buenos tiempos.
Lo cierto es que, a pesar de la implementación de alternativas más baratas con anuncios, las compañías han optado por incrementar los precios de sus planes estándar, al menos en Estados Unidos.
Allá, por ejemplo, Disney incrementó las cuotas mensuales de Disney+ y Hulu (por 3 y 2 dólares, respectivamente). A inicios de 2022, sucedió lo mismo con Netflix, que fue seguida por Apple TV+. Paramount+ anticipa aumentar los precios. Warner Bros. Discovery prevé que la plataforma que unirá a HBO Max y Discovery+ también costará más de lo que ambas plataformas cuestan actualmente por separado.
Incluso si las alternativas con publicidad pueden sonar como un paliativo financiero para evitar un incremento en los precios, lo cierto es que la situación ha orillado al encarecimiento de las plataformas de video bajo demanda.
Más transmisiones en vivo
Otro hecho paradójico es que, cada vez más, el streaming se parece más a la vieja televisión. Más allá de la creciente inclusión de anuncios, también va a la alza la preferencia por el contenido en vivo, ya no solo bajo demanda.
Esto se ve, principalmente, en la creciente popularidad de plataformas AVOD (video bajo demanda basado en publicidad) como Pluto TV o Tubi, que además de contenido que se puede visualizar en cualquier momento, cuentan con canales lineales o FAST (televisión por streaming con publicidad).
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Sin embargo, plataformas como HBO Max, Star+ y Amazon Prime Video cuentan con programación deportiva en vivo desde hace bastante tiempo. Esta última, además, ofrece conciertos (como está haciendo Disney+ de un tiempo para acá). Netflix, finalmente, experimentará con los formatos en vivo próximamente, con un especial de Chris Rock.
Menos contenido
La paradoja es que incluso el “gigante del streaming” verá cada vez menos novedades en su catálogo.
Durante el boom del streaming, la consigna era la de crear tanto contenido original y exclusivo como fuera posible para atraer suscriptores. Esto implicaba un ritmo de producción frenético que, por un lado, incidía en la calidad de las películas y series resultantes. Por otro, era increíblemente costoso.
El declive en suscriptores de Netflix hizo sonar la alarma de que el modelo ya no era ni redituable (mantenerlo implicaba incrementar los precios de las suscripciones) ni tan atractivo para los usuarios. El nuevo mandato: hacer menos, pero mejor.
Si bien este modelo más “austero” ha sido el empleado por competidores como Apple TV+ y Paramount+, lo cierto es que otros grandes jugadores optaron por seguir la (costosa) senda de Netflix. Disney, que inyecta a sus series de Marvel y Star Wars capitales equiparables a los de grandes producciones de estudio, ahora planea recortar costos, luego de una pérdida de 1.47 mil millones de dólares en el último trimestre para su segmento de streaming.
En Warner Bros. Discovery, la perspectiva es similar. El nuevo CEO, David Zaslav, ha advertido que la era de “crear a cualquier costo” para streaming ha llegado a su fin, pues no era la estrategia más rentable para la compañía.
Menos exclusivas
Siguiendo en la misma línea, Zaslav también ha señalado que el streaming no será la mayor prioridad de la compañía, misma que optará por los grandes estrenos cinematográficos. No solo eso, sino que no todo lo que llegue a la sala llegará necesariamente a streaming.
Considerando el recorte de gastos en nuevas producciones y que los grandes estudios priorizarán la gran pantalla, puede verse hacia dónde va esto. El asunto se vuelve más interesante si consideramos lo que están haciendo las grandes compañías que, antes, vivían y morían por la exclusividad en streaming.
MUBI y principalmente Netflix están experimentando con la distribución en grandes cadenas de cines comerciales, en México, respectivamente, con los estrenos de Aftersun y Bardo. Es decir, el modelo de exclusividad absoluta en streaming está de salida.
En 2023, difícilmente veremos una caída considerable en exclusivas, sobre todo por parte de compañías como Netflix, cuyo core es el streaming. Sin embargo, la tendencia apunta a una mayor apertura a los estrenos tanto en cines como en streaming, con menos exclusivas para este último.