Tal como les sucede a los gremlins con al agua, el calor extremo impulsa el odio de las personas en las redes sociales. Al menos eso evidenció un estudio científico que analizó 4,000 millones de publicaciones realizadas en Twitter desde Estados Unidos en días de alta temperatura.
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Las opiniones racistas, misóginas y homofóbicas aumentaron 22 por ciento en el país norteamericano al tiempo que el termómetro marcaba por sobre los 42 grados. Coincidentemente, la ira también se intensifica con el frío, claro que en mucho menor medida: 12 por ciento cuando el aparato baja de 13 grados.
“Proporcionamos evidencia empírica de que las temperaturas frías y calientes pueden agravar las tendencias agresivas en línea”, señalaron las conclusiones. Publicado por The Lancet Planetary Health, sus autores pertenecen a la Universidad de Potsdam y el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (Alemania).
Según los investigadores, el aumento paralelo del calor y el odio en las redes sociales parece responder a una causa bastante obvia. Estaría vinculada a las “limitaciones en la capacidad de los humanos para adaptarse a las temperaturas extremas”, opinaron Annika Stechemesser, Anders Levermann y Leonie Wenz.
Grupos marginados, los que más sufren
Las pesquisas establecieron que la prevalencia de tuits de odio “alcanzaba su punto más bajo” cuando la temperatura oscilaba entre 15 y 18 grados. Por el contrario, aumentaba “bruscamente” cuando había más de 27 y menos de 6 grados, informó el periódico británico The Independent.
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“El odio en internet es un problema frecuente, ya que cuatro de cada 10 estadounidenses han experimentado personalmente acoso online”, recordaron. Para peor, el fenómeno “afecta de manera desproporcionada a grupos que ya tienen un mayor riesgo de marginación”, complementaron.
Los científicos señalaron que este era “el primer estudio empírico que evalúa el impacto de la temperatura en el discurso de odio” en internet. Las “agresiones espontáneas” fueron registradas durante un período de seis años.