Un proceso de carga de vehículos eléctricos “más fácil y rápido”, tanto como 300 segundos, es la última novedad de la NASA. La oferta deriva de una “avanzada técnica de control de temperatura” desarrollada para futuras misiones, que abre la puerta a la movilidad libre de emisiones.
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Según explicó, la refrigeración de los sistemas de energía de fisión nuclear para viajes más allá de la Tierra es uno de sus grandes retos. El organismo espacial estadounidense debe gestionar bombas de calor de compresión de vapor en la Luna o Marte y otros módulos de control térmico y soporte vital. La operación de sus naves requiere “capacidades avanzadas de transferencia de calor para ejecutar el control térmico requerido”, puntualizó.
La tecnología en cuestión permitirá también reducciones significativas en tamaño y peso de los equipos. Y la esperanza del equipo patrocinado por la División de Ciencias Físicas y Biológicas es aplicarla en los carros de uso cotidiano.
El experimento de flujo de ebullición y condensación (FBCE) que fomenta la NASA puede significar una revolución de los vehículos eléctricos. Todo, a partir del flujo de fluido bifásico y transferencia de calor en el entorno de microgravedad en la Estación Espacial Internacional (EEI).
“FBCE se probó y entregó a la EEI en agosto de 2021 y comenzó a proporcionar datos de ebullición de flujo de microgravedad a principios de 2022”, detalló. La meta es el diseño de “futuros sistemas espaciales que requieren control de temperatura”, agregó en su blog.
Carga de vehículos eléctricos en minutos: la NASA cumple el sueño
La electromovilidad no solo requiere de una consistente red de estaciones de carga, sino que de tiempos razonables para alimentar las baterías. Actualmente, mencionó el organismo, la tardanza va de 20 minutos en el mejor de los casos.
Hay otros componentes no tan visibles para los usuarios, pero que son vitales en la operación de vehículos eléctricos, de acuerdo con la NASA. En el paso de la corriente a la fuente de poder podría estar la clave: “Cuanto mayor sea el flujo, mayor será el calor generado”.
Debido a los límites de temperatura, los cables de carga para sistemas convencionales de carga rápida de 350 amperios requieren conductores de tamaño considerable. Ello explica que el cable de carga sea pesado e incómodo de manipular.
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Reducir a 5 minutos el tiempo de carga exige una corriente de 1,400 amperios, poco menos que tres veces el máximo actualmente ofrecido. La interrogante es cómo gestionar la alta temperatura que dicho formato podría provocar.
Los principios de la “ebullición de flujo subenfriado” ya fueron aplicados por la NASA al proceso de carga de vehículos eléctricos. “Usando esta nueva tecnología, el refrigerante líquido dieléctrico (no conductor de electricidad) se bombea a través del cable de carga, donde captura el calor generado por el conductor de corriente”, profundizó.
El equipo liderado Issam Mudawar, de la Universidad de Purdue, consiguió entregar 4.6 veces la corriente mediante la eliminación de hasta 24.22 kilovatios de calor. El cable ocupado pudo proporcionar 2,400 amperios, es decir, “mucho más” que los 1,400 amperios necesarios cargar un automóvil eléctrico en 5 minutos, cerró la NASA.