La Organización de Naciones Unidas (ONU) realizó el enésimo llamado al cuidado del planeta, ante el inminente desastre climático. El Programa para el Medio Ambiente (PNUMA) reiteró que el tiempo se acabó y que la única opción es implementar una “transformación radical”.
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“Tuvimos la oportunidad de hacer cambios incrementales, pero ese tiempo ya pasó”, afirmó la directora ejecutiva del organismo, Inger Andersen. “Solo una transformación radical de nuestras economías y sociedades puede salvarnos de un desastre climático acelerado”.
La funcionaria clamó por “reformar la economía mundial y casi reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030”. “Es una tarea difícil, y algunos dirían imposible, pero debemos intentarlo”, reflexionó.
Entre otras urgencias, citó modificaciones en la generación eléctrica y los procesos de la industria, el transporte y el sector inmobiliario. Recordó que la producción alimentaria genera un tercio de las emisiones.
El informe “El tiempo se acaba: la crisis climática exige una rápida transformación de las sociedades” también citó al sistema financiero. “Debe superar las limitaciones internas y externas para convertirse en un facilitador de la transformación en todos los sectores”, apuntó.
La ONU expuso sus advertencias sobre el eventual desastre climático en la previa de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP27). El foro global sobre el calentamiento global y el cambio climático se desarrollará en Egipto.
Inminente desastre climático: ONU advierte feroz alza de la temperatura
“Tenemos que dejar de llenar nuestra atmósfera con gases de efecto invernadero y hacerlo rápido”, subrayó Andersen. También explicó que la naturaleza se ha expresado en 2022 a través de “mortales, inundaciones, tormentas y violentos incendios”.
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La oficina de la ONU advirtió que las potencias reunidas en el G20 están lejos de alcanzar los recortes de emisiones establecidas en el acuerdo de París. Por lo tanto, será imposible cumplir con los objetivos de no mediar una “acción reforzada”.
Con tal “falta de progreso”, el planeta se encamina no a un descenso, sino que a un aumento de temperatura pasmoso. “Las políticas actualmente vigentes, sin mayor fortalecimiento, sugieren un alza de 2.8 grados”, sostuvo el organismo en su proyección para fines del siglo XXI.