Juan José Castillo 
Como “agente del caos geopolítico” fue tildado Elon Musk por el influyente periódico estadounidense The New York Times. El medio le dedicó un extenso reportaje al magnate ligado a Tesla, SpaceX, Starlink y PayPal, entre otras compañías.
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“El hombre más rico del mundo se ha involucrado en algunos de los conflictos más inflamables del planeta”, sentenciaron sus autores. Cade Metz, Adam Satariano y Chang Che manifestaron que el ejecutivo ofreció un plan de paz para Rusia y Ucrania, habló del internet en Irán y también de China y Taiwán.
“En los últimos meses, Musk ha surgido como un nuevo y caótico actor en el escenario de la política mundial”, reseñó NYT. El diario indicó que ninguna otra persona de un perfil así tiene su “influencia y capacidad (…) para causar problemas”.
La versión recordó que su influencia está dada, en gran medida, por SpaceX y Starlink. El servicio de internet “se ha convertido en una herramienta esencial del ejército ucraniano”. De concretarse la compra de Twitter, su poder “crecerá aún más”.
Para sus críticos, será “difícil” separar las opiniones del magnate de sus intereses comerciales, “especialmente cuando se trata de Tesla, que depende cada vez más de China”. Así, por lo menos, lo expuso la directora del centro de estudios German Marshall Fund, Karen Kornbluh.
“La tecnología se ha convertido en un elemento central de la geopolítica (…) Es fascinante y complicado, y Musk está en medio de todo”, expuso.
“Agente del caos geopolítico”
Entre otros chascarros, el periódico citó el plan de paz para Ucrania y Rusia, en el que se alineaba con Moscú. “La idea indignó a muchos” de quienes asistían al evento The Weekend, en Aspen, que reunió a “líderes empresariales y políticos estadounidenses”.
Poco después, anunció que no podía seguir subvencionando el servicio de Starlink a Kiev. Sin embargo, eran Estados Unidos, Gran Bretaña y Polonia los que han costeado parte de la conexión.
Tras cartón, ofreció internet a Irán, pero incumplió su promesa. Los hechos empeoraron: “Piratas informáticos supuestamente vinculados al gobierno iniciaron una campaña de phishing”, señaló NYT sobre la oferta de Musk.
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El magnate buscó lucimiento personal “sin entender cuáles serían las consecuencias”, propuso el experto en derechos digitales Amir Rashidi. Si bien alabó la intención, añadió que sus tácticas fueron “muy irresponsables”.
Lo de China y Taiwán fue el último episodio, un conflicto en el que el multimillonario tiene intereses comerciales, a través de Tesla. Musk tuvo presiones de Beijing, que le exigió “garantías” de que no ofrecería Starlink en el territorio asiático.
Luis Miguel Paredes
Staff
Lalo Ortega 
