Una actividad física semanal de 150 minutos, de intensidad moderada, puede ofrecer una muy buena protección contra el COVID-19. Así lo señala una investigación publicada en el American Journal of Preventive Medicine y que cita el medio NPR.
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Estudios anteriores, como los de la Universidad de Seúl (Corea del Sur), señalaban que el ejercicio puede reducir tanto el riesgo de infección como la gravedad de las infecciones respiratorias, debido a su capacidad para reforzar el sistema inmune.
La investigación estadounidense demostró que el ejercicio regular disminuye significativamente las posibilidades de ser hospitalizado o incluso morir tras infectarse del virus SARS-CoV-2.
Los científicos examinaron una muestra de 194,191 adultos que dieron positivo en el test de COVID-19, entre enero de 2020 y mayo de 2021. Se les pidió que informaran cuáles eran sus patrones de actividad física en los dos años previos a contraer el virus.
Aquellos que habían realizado menos de 10 minutos de actividad física a la semana, tenían 91 por ciento más de probabilidades de ser hospitalizados por COVID-19 y 291 por ciento más de posibilidades de morir, si se los comparaba con quienes hacían ejercicio regularmente.
“Aumentar la actividad física en las personas debiera ser una recomendación más de las autoridades en la estrategia de control de la pandemia por COVID-19. Los resultados evidencian los grandes beneficios de hacer ejercicio regularmente”, declararon los investigadores del estudio.
Investigación coreana
A principios de diciembre, la Universidad de Seúl dio a conocer una investigación que abarcó a 1.8 millones de adultos (mujeres cubrieron el 54 por ciento). La edad media de los participantes era de 53 años.
El estudio se efectuó con ciudadanos de Corea del Sur, Inglaterra, Irán, Canadá, España, Brasil, Palestina, Sudáfrica y Suecia.
El análisis de los datos evidenció que las personas que incluían actividad física regular en su rutina semanal, tenían 11 por ciento menos de riesgo de infección por SARS-CoV-2, el virus responsable del COVID-19.
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También tenían 36 por ciento menos de riesgo de ingreso a un hospital, 44 por ciento menos de riesgo de enfermedad grave por COVID-19 y 43 por ciento menos de riesgo de muerte por coronavirus que sus compañeros físicamente inactivos.