Europa zanjó un asunto que les quiebra la cabeza a millones alrededor del mundo: el cargador universal para dispositivos móviles. Para 2024, todo teléfono, tableta o cámara vendidos en la Unión Europea (UE) deberá llevar el puerto USB-C. A fines de 2026, la norma se extenderá a las computadoras portátiles.
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La nueva legislación fue aprobada por el pleno del Parlamento Europeo con 602 votos a favor. Cuesta buscar explicaciones para los 13 representantes que se manifestaron en contra y los ocho que se abstuvieron.
Alguien tenía que hacerlo: Europa elige el USB-C como cargador universal
Según un comunicado del organismo, la iniciativa se enmarca en una estrategia comunitaria “más amplia” tendiente a un menor impacto en el medio ambiente. Así, la UE se encamina “a reducir los residuos electrónicos” e invitar a los consumidores a tomar “decisiones más sostenibles”.
Independiente del fabricante, el cargador universal USB-C será el único aceptado en Europa para auriculares y lectores de libros electrónicos. La normativa se extenderá al teclado, mouse, consolas de videojuegos, altavoces y sistemas de navegación, enumeró el Parlamento Europeo.
A partir de lo mismo, también la velocidad de la carga rápida se estandarizará en todos los equipos que la soporten. La decisión “permitirá a los usuarios cargarlos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible”.
“Ante el avance de la carga inalámbrica, la Comisión Europea tendrá que armonizar los requisitos de interoperabilidad para finales de 2024”, afirmó la entidad. Al respecto, indicó que la meta es “evitar así un perjuicio a los consumidores y al medio ambiente”.
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Con la adopción obligatoria del cargador universal USB-C, Europa pretende erradicar el “bloqueo tecnológico”. A juicio del organismo, la ley acabará con los consumidores cautivos de un fabricante en específico.
Además, los dispositivos tendrán adosadas etiquetas explicativas sobre sus características de carga”. De esa forma, los consumidores podrán “comprobar fácilmente si los cargadores que ya tienen son compatibles y decidir si, al adquirir un nuevo producto, quieren cargador”.
“Gracias a la mayor reutilización de los cargadores impulsada por la nueva normativa, los consumidores se ahorrarán hasta 250 millones de euros al año en compras innecesarias de estos aparatos”, indicó. Finalmente, recordó que los cargadores que terminan en la basura u olvidados en un cajón equivalen a 11,000 toneladas anuales solo en la UE.