El primer paso para la legalización de la marihuana dio Alemania a través de su ministro de Salud, Karl Lauterbach. El integrante del gobierno del canciller Olaf Scholz espera que el derrotero sirva como modelo para el resto de la Unión Europea (UE).
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El proyecto busca permitir la compra y posesión de hasta 30 gramos de cannabis para consumo recreativo personal, informó Deutsche Welle. La idea va de la mano de regular la producción, suministro y distribución de cannabis dentro de un marco controlado por el Estado.
La idea sobre la legalización de la marihuana en Alemania implicará la autorización para que los particulares cultiven de forma limitada. Se permitirán tres plantas por persona, detalló el mismo medio con base en la prensa local.
Tiendas especializadas y posiblemente farmacias podrían comercializar la hierba, sus derivados y artículos para el consumo. Eso sí, se prohibirá la publicidad de productos cannábicos, con lo que se seguirán tendencias internacionales respecto de la promoción del alcohol o el tabaco.
Según el ministro Lauterbach, unos 4 millones de adultos consumen cannabis en Alemania, por lo que admitió el fracaso de la actual política de drogas. A su juicio, no logró desincentivar el acceso a la sustancia, por lo que ahora es preciso abogar por la salud de todos, en particular la protección de los menores.
Al referirse a los planes de legalización en Alemania, el secretario lamentó que la marihuana esté actualmente dominada por “un gran mercado negro”. En sus palabras, el crimen organizado se ha adueñado del producto, mientras que los consumidores se exponen a la delincuencia.
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De acuerdo con la Clínica Mayo, el consumo de cannabis “tiene un efecto depresivo en el sistema nervioso central (SNC)”. Fumar marihuana también puede afectar la memoria y las funciones cognitivas, y causar efectos cardiovasculares perjudiciales, como hipertensión arterial.
“El consumo de marihuana a largo plazo puede empeorar las enfermedades respiratorias”, añadió el organismo. De la misma manera, “puede empeorar los síntomas maníacos en personas que tienen trastorno bipolar”. Su consumo no solo afecta la atención, el juicio y la coordinación, sino que está ligado a la depresión y la psicosis.