Sonos Sub Mini se suma a la estrategia de ofrecer productos (barras de sonido y speakers) más accesibles, que se integren bien a un espacio no tan grande, como una sala o habitación de un departamento, por ejemplo. Pero ¿en realidad sí enriquece la experiencia sonora de las personas? ¿Vale la pena considerar este subwoofer inalámbrico como una opción de compra? Una vez que lo hemos tenido por algunas semanas, es momento de ofrecer el siguiente análisis.
Pros | Contras |
---|---|
Graves potentes y sin distorsión | Sin controles táctiles |
Diseño elegante | Sin control por voz |
Flexibilidad a la hora de colocarlo |
Lo primero que se debe considerar es que el Sub Mini —una versión más compacta y accesible que el Sub de tercera generación— se recomienda enlazar, como mínimo, a una soundbar como Beam o Ray (esta última, la alternativa más barata de su tipo en el catálogo del fabricante). Es decir, no está pensado para usarse de forma independiente o un sistema de sonido casero de otra marca que se tenga instalado en el hogar (tal vez por eso no cuenta con controles táctiles o de voz).
Ya los que quieran un ambiente sonoro más enriquecido, podrían añadir dos bocinas One o One SL, igualmente, firmadas por Sonos.
En este sentido, Ximena Díaz, gerente de Marketing para Latinoamérica en la compañía, indicó que alrededor del 80 por ciento de los usuarios que cuentan con Beam declaró que sí le gustaría contar con un subwoofer más compacto. Esa es una de las principales razones que justifica el lanzamiento del Sub Mini.
Ya una vez que se saca de su caja, es necesario conectar el dispositivo y configurarlo a través de la aplicación móvil de Sonos, que está lista para iOS y Android. Como seguramente los clientes ya tienen otros equipos de la marca, el enlace se da sin complicaciones.
Tampoco habría que preocuparse por ubicarlo en un mueble o posición especial. “Puede estar orientado en cualquier dirección, pero, a diferencia del Sub, no debería colocarse acostado”, advierte la compañía con oficinas centrales en Santa Bárbara, California.
El subwoofer pesa 6.35 kg, tiene un diámetro de 230 mm y cuenta con una altura de 305 mm. Y como sus “primos”, está disponible en negro y blanco.
Para las pruebas de esta reseña, emparejamos el Sub Mini con una Sonos Beam de segunda generación, la cual a su vez se mantuvo conectada a un televisor LG de 43 pulgadas.
Respuesta sonora
Para entender el alcance del Sub Mini, es necesario explicar rápidamente cuál es la principal función de un subwoofer. Este tipo de dispositivos está dedicado a reproducir las frecuencias más bajas o graves, por lo que deja los medios y los agudos a los otros componentes del sistema de audio de casa.
En un concierto, por ejemplo, los graves vienen de instrumentos como contrabajo, bajo y bombo, en tanto que en películas de acción, de esos momentos en los que se visualiza una explosión.
Entonces, ¿las barras de sonido son incapaces de ofrecer bajos potentes? La respuesta rápida es no. Claro que las soundbars (y especialmente las de Sonos en la gama media y alta) tienen lo necesario para una respuesta óptima en los graves, sin embargo, lo que hace especial a un subwoofer es su respuesta más vibrante, casi como si diera la oportunidad de estar “en medio” de la acción, ya sea en una presentación de música o en el trepidante capítulo de la serie en turno.
Así, su inclusión debe ser vista como un equilibrio para los otros speakers a los que se incorpora, ya que se encarga de buena parte de la carga de audio.
Ya en específico con el Sub Mini analizado en estas líneas, sí cumple con todo lo que se espera de un subwoofer. En música, y en especial en aquellas listas de reproducción con énfasis en los bajos, sí se escucha una potencia distintiva, sin vibraciones molestas.
El fabricante indica que ello se debe a que los dos woofers del sistema están orientados hacia adentro “para crear un efecto de cancelación de fuerza que neutraliza la distorsión”.
Respecto a contenido como series y películas, el Sub Mini ofrece lo mejor de sí: es como si cada onda de una explosión realmente pudiera sentirse en el espacio físico, sin que ello implique tener diálogos diluidos.
La barra Sonos Beam, en este caso, gracias a su compatibilidad con lo último en estándares de audio y video, también aporta para tener una experiencia auditiva completa. Y es que acepta Dolby Digital y Dolby Atmos, entre otros.
Sonos Beam
Beam guarda el mejor equilibrio entre respuesta sonora y practicidad.
En otras palabras, el Sub Mini lleva los graves a otro nivel, sin distorsiones, y consigue que el sistema de audio casero Sonos se equilibre, incluso si solo se le conecta la Ray o Beam.
Integración total
El hecho de que Sub Mini se configure como un ala de una barra de Sonos implica contar con un sistema sólido no solo en cuanto a elementos, sino también en lo que se refiere a compatibilidad con otras tecnologías.
Hablemos de Trueplay. Es un desarrollo de Sonos que adapta el sonido a la acústica específica de cada habitación (para la prueba se requiere de un dispositivo iOS). Así, la promesa de la firma y del subwoofer es que los graves nunca sonarán agresivos o débiles, “aunque lo coloques cerca de una pared”.
El conjunto también será compatible con AirPlay, para transmitir contenido en video o musical de manera inalámbrica con un producto firmado por Apple, desde un iPhone hasta una computadora Mac.
Sonos Sub Mini
El subwoofer resulta uno de los mejores acompañantes para la Beam o Ray.
Por último, el Sub Mini se conecta a la misma red wifi que la barra de sonido, lo que le da libertad a las personas de contestar una llamada o revisar otros contenidos en el teléfono, en caso de que haya iniciado una sesión sonora desde su móvil.
Veredicto
En términos estrictos, ¿es imprescindible comprar el Sub Mini para tener una experiencia sonora completa? No es necesario, como tampoco lo es comprarse el último celular de gama alta. Sin embargo, una vez que se entiende la función de un subwoofer y se “siente” la respuesta potente y sin distorsiones de esta opción de Sonos, es difícil querer regresar a un audio no tan vibrante.