Razones por las que compré el iPhone más compacto (y no me arrepiento)
Razones por las que compré el iPhone más compacto (y no me arrepiento). Esto es lo que ofrece el SE de tercera generación de Apple.
Tener un iPhone es cuestión de estatus, dicen. Pero también de rendimiento, confiabilidad y presupuesto. La versión SE de tercera generación está en el comercio desde marzo de 2022 y fue la mejor opción que encontré. Estas son las razones por las que compré el iPhone más compacto (y no me arrepiento).
La gama de teléfonos inteligentes de Apple cumplió 15 años en el mercado. Parece ayer cuando la empresa con sede en Cupertino mostró esa joya que estaba dirigida para los clientes de AT&T en Estados Unidos. No por nada fue nombrado “Invento del año” la revista Time en 2007.
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Por unos dólares más
Comprar el celular de Apple en Estados Unidos sigue siendo lo más conveniente. Al cierre de esta edición, el modelo dificultosamente bajaba de los 550 dólares en cualquier capital de América Latina. El sitio oficial, en tanto, lo promocionaba desde 429 dólares.
La subida del costo de la vida es un fenómeno creciente desde el inicio de la pandemia y se agudizó con la guerra entre Rusia y Ucrania. Como viene siendo la tendencia, la inflación golpea a los que menos tienen. Los países al sur del río Bravo registran niveles de inflación inéditos en décadas, varios de ellos con cifras de dos dígitos por mes.
Entre otros síntomas, está la apreciación de la moneda estadounidense. El alza del tipo de cambio ha afectado incluso al euro. Como nunca había sucedido en sus 20 años, la divisa continental estaba a la par del dólar a mediados de 2022. Si en Europa hay alerta, ni que hablar de América Latina.
Cuestión de proporciones
“Mientras frene y doble, está todo bien”. Así le escuché alguna vez a un cliente que llevaba poco dinero y buscaba un automóvil de segunda o tercera mano. Cuando el dispositivo es un elemento más de la vida cotidiana, da un poco lo mismo cuál tener, en mi opinión, mientras cumpla el propósito fundamental. Si se trata de un vehículo, basta que te traslade entre dos puntos de forma más o menos eficiente, cómoda y segura. Después de todo, ¿quién compra un Ferrari para ir una vez a la semana al supermercado?
Algo similar me ocurre con Apple y su gama iPhone, pues me basta oír y que del otro lado también me escuchen, revisar mis cuentas de correo electrónico y redes sociales. En América Latina podemos optar a modelos lindísimos, muy buenos y a precios razonables. Me es indiferente que en el Primer Mundo estén descontinuados, que sus dueños los hayan desechado o que algún turista venido de Milán, París o Barcelona se ría de mí por anticuado.
Avance plausible
Perdí la cuenta de cuántos celulares Apple tuve. Tal vez cuatro o cinco. Siempre funcionaron a la perfección y olvidé si alguna vez se quedaron congelados. Es un producto elogiado por la crítica y archiprobado por los usuarios. No tuve la desgracia de visitar un servicio técnico en más de 10 años, desde el primer iPhone 4 que llegó a mis manos.
Por motivos de trabajo, debí usar modelos de gama alta y estrato medio de otras marcas, todos equipados con Android. Y si bien varios de ellos se desempeñaron bien, nunca hubo uno que siquiera se acercara a la materialidad, los gráficos y el rendimiento que exhiben los del fabricante de la manzana.
Lo cierto es que el iPhone SE de tercera generación representa un salto respecto de mi anterior iPhone 8. Curiosamente, a simple vista lucen idénticos por peso (la diferencia de 4 gramos es imperceptible), colores, texturas, formas y sus 4.7 pulgadas, pese a sus cinco años de desfase. Pero mientras uno equipa el chip A11 Bionic, el otro ostenta el A15 Bionic (el mismo del iPhone 13), y los matices se aprecian de inmediato.
Según Apple, el conjunto de microprocesador y GPU de última generación hace que las aplicaciones carguen a mayor velocidad y que el rendimiento gráfico sea más rápido que cualquiera de sus antecesores. Es cinco veces más eficiente en términos gráficos que el iPhone 6s, por ejemplo, 2.2 más que el iPhone 8 y 1.2 que el iPhone SE de segunda generación, de acuerdo con los de Cupertino.
Cosa de tiempo
Un hardware puede estar a muy buen recaudo, pero con el paso del tiempo no hay vuelta atrás para un equipo. Si no es la versión del sistema operativo, son las aplicaciones de terceros las que desconocen terminales antiguos.
El almacenamiento es otro apartado que se va quedando corto a medida que avanza el calendario, sobre todo en versiones de entrada con 64 GB. Por lo mismo, en mi más reciente adquisición opté por primera vez por 128 GB. Tras el respaldo y la restauración, y a menos de 90 días de estrenarlo, la capacidad de la memoria interna apenas sobrepasaba el tercio.
Tampoco hay a quién apelar cuando la batería de un teléfono se degrada, y vaya que se convierte en toda una preocupación cuando la barra se diluye como si de agua se tratara. En lo que respecta al iPhone SE de tercera generación, Apple aseveró que su fuente de poder es apta para recibir 50 por ciento en apenas 30 minutos y ofrecer al menos 120 minutos más de reproducción de video que sus antecesores.
5G, cámara y más
Para quienes puedan pagar el plan, el iPhone SE de tercera generación también es compatible con 5G, un estándar 20 veces más rápido que el 4G que prevalece en la mayor parte del planeta. Entre sus capacidades de mayor uso, destaca su cámara trasera de 12 MP y una frontal de 7 MP.
Puede que no sean números escandalosos para la óptica, por eso la firma se ha esforzado en optimizar el software. Al respecto, promociona el HDR Inteligente 4, que ajusta automáticamente cada detalle (hasta los tonos de piel), los Estilos Fotográficos, el modo Retrato y el Deep Fusion para instancias con iluminación pobre.